CAMINO A LA CORDURA VI
En este Blog, podréis disfrutar de los escritos que regularmente me envía una buena amistad que conservo tras su paso por Madrid y concluir un satisfactorio proceso de recuperación. Para mi es una satisfacción comprobar el cambio que ha dado su vida.
Gracias Fer.
Pensando lo Impensable.
Por Fernando Iñesta.
Existe una frase que nos da que pensar y es cuando nos dicen que no tenemos que pensar. Dichosa paradoja se aferra como una sanguijuela con forma de incertidumbre a la mente del cerebro adicto.
No es de extrañar que en los inicios de una recuperación una persona quiera comerse el mundo, y no es para menos, pues en un corto periodo de tiempo nos bombardean con multitud de terminología psicológica, talleres de prevención de recaídas, un programa riguroso de ejercicio físico, aprendizaje de nuevas doctrinas, yoga, meditación, acercamiento e imposición de la lectura, mandalas, puzles, relajación, gimnasia mental.
Son tantas las novedades que de pronto pasan a formar parte de nuestra vida que uno de repente quiere ser psicólogo, terapeuta, profesor de yoga, escritor, runner profesional, monitor de gimnasio y un largo etcétera, olvidándonos por completo del “porqué” estamos aquí y ahora en este momento.
Si ponemos los pies en el suelo y escuchamos a las personas que en su día salieron del infierno nos daremos cuenta de que es el momento de pensar en cómo dejar de pensar, ya que si en este corto periodo de tiempo hacemos caso a nuestra cabeza y nos guiamos por estos impulsos cargados de fantasía irreal estaremos sin darnos cuenta descuidando la recuperación y acabaremos con una certeza del 100% como tantas otras veces, con nuestro propósito conseguido. eso sí, en la barra del bar. Ese lugar en donde creíamos arreglar el mundo y en el que en realidad destrozamos nuestro hígado, nuestro cerebro y las esperanzas de los seres queridos que nos rodean.
Tenemos toda una vida para pensar, producir, para dar amor, lograr objetivos, crecer personal y profesionalmente, descubrir nuevos retos, romper marcas deportivas, ampliar nuestro entorno social. ¿Tan difícil es entender que la recuperación es sagrada y por tanto es nuestra máxima prioridad ahora mismo?
Por desgracia sí, es muy difícil, la mente adicta es exigente, ambiciosa, está llena de complejos, e inseguridades, altibajos de autoestima, de recuerdo imborrables, malas conductas aprendidas y grabadas a fuego cuál hierro al rojo en el muslo de un res. Pero a pesar de esto...¿Podemos engañar a la enfermedad? Por supuesto, y la forma es muy sencilla: No hagas caso a tu cabeza. Todo lo que se esconde detrás de esos proyectos tan bonitos que anhelas no es más que el consumo del tóxico, por extraño que parezca es así durante un tiempo. ¿ y como lo hacemos? ¿Es posible no hacer caso? No, no lo es, solamente tienes que hacerte pequeño.
Escucha, asimila, obedece y ejecuta, pero no a tu mente sino a tu rutina. Se dice que el adicto en recuperación es como el recién nacido. Ahora mismo vamos en pañales y ni siquiera gateamos, poco después, en darnos cuenta andaremos, hablaremos y recuperamos nuestra voluntad y autonomía, pero aún no es el momento compañero.
Resulta paradójicamente sencillo no recaer si se contempla desde el punto vista de que únicamente se trata de no volver a consumir, pero claro, la enfermedad es astuta, fría y calculadora, todo ala vez y con una fuerza implacable. Intenta distraernos con algo que en principio sea “beneficioso" para nosotros, como puede ser correr un maratón, asistir a un evento cultural, una prueba deportiva, estudiar una doctrina.
Es muy típico escuchar en recuperación: "pues he pensado que voy a dejar el gimnasio porque me quita tiempo para leer o estudiar, total, es una tontería, no voy a recaer por no ir al gimnasio” o quizás “por un día que no vaya a terapia no me va a pasar nada” o tal vez “por mucho que me digan que no vaya a restaurantes si voy y no consumo no pasa nada”
Aunque no lo creamos la enfermedad se frota las manos con estas frases, y esto es lo que no solemos ver y que la enfermedad planea para atacar:
“Si no va al gimnasio tarde o temprano aumentará su dejadez en general, se deprimirá e irá a por tóxico” o “si hoy no va a terapia, pasado mañana tampoco irá, pues le recordaré que cuando no fue no paso nada y en darme cuenta lo tendré faltando a las terapias de una semana entera y en la palma de mi mano con una cerveza preparada” “si hoy va al restaurante no consumirá, mañana volverá a ir y se cruzara con algún conocido que este consumiendo y no consumirá pero sufrirá, al tercer día lo tendré preguntándose a sí mismo si de verdad está enfermo y si por una vez no pasa nada, diciendo que una vez al año no hace daño”.
Una vez al año si hace daño compañeros, una vez al año a nosotros nos puede matar, perderemos para siempre la confianza de la gente que nos quiere, volveremos de nuevo a caer en el pozo del infierno y puede que esta vez nunca salgamos... por lo tanto, yo decido que ahora mismo prefiero no pensar y actuar en base a mi recuperación. ¿y tu? ¿De verdad vas a pensar en lo impensable?.
Fernando Iñesta Gómez. 13/03/18.
CUANDO LA FE SE PONE EN TU CONTRA
|
Esperanzados por un ser superior, esperamos que las cosas se hagan solas.
Está bien pensar que algo, no se que, nos anima a seguir con nuestro propósito, que nos levanta el ánimo cuando tenemos un dia que se presenta oscuro. El problema es cuando creemos que ese ser superior va a realizar nuestro trabajo, ahí es donde tenemos que tomar conciencia de que el trabajo es sólo y exclusivamente nuestro, no podemos depender de terceros.
En ese caso siempre tendremos a mano la excusa de que ese "ser superior" te dejo en la estacada y no te protegió.
Hemos sacado excusas toda la vida, cuando no ha sido por una cosas a sido por otra, cuando en realidad el único responsable somos nosotros, nadie es dueño de nuestros actos. Somos propietarios de nuestra vida y eso conlleva a responsabilizarnos de ella, es decisión nuestra perderla antes de tiempo, o cuidarla hasta que la muerte, por decisión natural, nos la arrebate.
Excusas, Excusas, Excusas, Excusas, Excusas,
amc
13 de Octubre del 2018. Sábado.
Un día para recordar.
Había oído hablar de esos días en que el día oscurece.
Esos días quizá los haya pasado anteriormente, pero bajo los efectos del alcohol, los sentimientos están anestesiados, sin vida, sin más.
He sentido todo tipo de emociones, emociones que oí hablar de ellas pero no logré nunca en mi vida comunicarme con ellas.
Pasar de un estado de euforia total a pasar a la depresión más potente, sentimientos de ira, el reproche, resignación, culpa, tristeza, impotencia, odio, rencor, frustración. Todas ellas vividas en apenas unas horas y en intervalos de tiempo mínimos. Como una hoja de sierra que corta el aire que respiro y lo absorbo entrecortado, en pequeñas dosis, las justas para evitar el desmayo y así sentirlas una a una como van traspasando mi cuerpo.
Intento transmitir a los más débiles lo positivo de lo sucedido, comparaciones absurdas en ese momento de dolor.
Por suerte o por desgracia, todo llegará al olvido, todo quedará como una anécdota más que contar.
Nadie fue culpable del suceso, ni el propio enfermo es culpable de su enfermedad.
Estaba en el mejor sitio para recuperar su vida pero no dio tiempo, su vida ya estaba agotada. Solo se llegó a la ilusión de haberlo intentado, de haber conocido otra vida diferente a la que tenía, aunque apenas diera tiempo a saborearla.

Quiero pensar que al menos a donde vas, serás más feliz que de donde saliste.
amc
HORA PUES, DE CREAR
|
A quién le importa sino a nosotros,
los desvalidos, los acomplejados, siempre extraños.
Nos importa más el amargo pasado,
que lo que tenemos hoy entre manos.
Nos importa más lo irreparable,
que lo palpable.
No podemos vivir de lo que fuimos, es más sensato
vivir de lo creado.
Somos nuestros propios creadores y todo depende
de lo que queramos crear.
amc
No hay comentarios:
Publicar un comentario