sábado, 22 de junio de 2019

CAMINO A LA CORDURA VI



CAMINO A LA CORDURA VI

En este Blog, podréis disfrutar de los escritos que regularmente me envía una buena amistad que conservo tras su paso por Madrid y concluir un satisfactorio proceso de recuperación.  Para mi es una satisfacción comprobar el cambio que ha dado su vida.
 
Gracias Fer.



Pensando lo Impensable.
Por Fernando Iñesta.
Existe una frase que nos da que pensar y es cuando nos dicen que no tenemos que pensar. Dichosa paradoja se aferra como una sanguijuela con forma de incertidumbre a la mente del cerebro adicto.
No es de extrañar que en los inicios de una recuperación una persona quiera comerse el mundo, y no es para menos, pues en un corto periodo de tiempo nos bombardean con multitud de terminología psicológica, talleres de prevención de recaídas, un programa riguroso de ejercicio físico, aprendizaje de nuevas doctrinas, yoga, meditación, acercamiento e imposición de la lectura, mandalas, puzles, relajación, gimnasia mental.
Son tantas las novedades que de pronto pasan a formar parte de nuestra vida que uno de repente quiere ser psicólogo, terapeuta, profesor de yoga, escritor, runner profesional, monitor de gimnasio y un largo etcétera, olvidándonos por completo del “porqué” estamos aquí y ahora en este momento.
Si ponemos los pies en el suelo y escuchamos a las personas que en su día salieron del infierno nos daremos cuenta de que es el momento de pensar en cómo dejar de pensar, ya que si en este corto periodo de tiempo hacemos caso a nuestra cabeza y nos guiamos por estos impulsos cargados de fantasía irreal estaremos sin darnos cuenta descuidando la recuperación y acabaremos con una certeza del 100% como tantas otras veces, con nuestro propósito conseguido. eso sí, en la barra del bar. Ese lugar en donde creíamos arreglar el mundo y en el que en realidad destrozamos nuestro hígado, nuestro cerebro y las esperanzas de los seres queridos que nos rodean.
Tenemos toda una vida para pensar, producir, para dar amor, lograr objetivos, crecer personal y profesionalmente, descubrir nuevos retos, romper marcas deportivas, ampliar nuestro entorno social. ¿Tan difícil es entender que la recuperación es sagrada y por tanto es nuestra máxima prioridad ahora mismo?
Por desgracia sí, es muy difícil, la mente adicta es exigente, ambiciosa, está llena de complejos, e inseguridades, altibajos de autoestima, de recuerdo imborrables, malas conductas aprendidas y grabadas a fuego cuál hierro al rojo en el muslo de un res. Pero a pesar de esto...¿Podemos engañar a la enfermedad? Por supuesto, y la forma es muy sencilla: No hagas caso a tu cabeza. Todo lo que se esconde detrás de esos proyectos tan bonitos que anhelas no es más que el consumo del tóxico, por extraño que parezca es así durante un tiempo. ¿ y como lo hacemos? ¿Es posible no hacer caso? No, no lo es, solamente tienes que hacerte pequeño.
Escucha, asimila, obedece y ejecuta, pero no a tu mente sino a tu rutina. Se dice que el adicto en recuperación es como el recién nacido. Ahora mismo vamos en pañales y ni siquiera gateamos, poco después, en darnos cuenta andaremos, hablaremos y recuperamos nuestra voluntad y autonomía, pero aún no es el momento compañero.
Resulta paradójicamente sencillo no recaer si se contempla desde el punto vista de que únicamente se trata de no volver a consumir, pero claro, la enfermedad es astuta, fría y calculadora, todo ala vez y con una fuerza implacable. Intenta distraernos con algo que en principio sea “beneficioso" para nosotros, como puede ser correr un maratón, asistir a un evento cultural, una prueba deportiva, estudiar una doctrina.
Es muy típico escuchar en recuperación: "pues he pensado que voy a dejar el gimnasio porque me quita tiempo para leer o estudiar, total, es una tontería, no voy a recaer por no ir al gimnasio” o quizás “por un día que no vaya a terapia no me va a pasar nada” o tal vez “por mucho que me digan que no vaya a restaurantes si voy y no consumo no pasa nada”
Aunque no lo creamos la enfermedad se frota las manos con estas frases, y esto es lo que no solemos ver y que la enfermedad planea para atacar:
“Si no va al gimnasio tarde o temprano aumentará su dejadez en general, se deprimirá e irá a por tóxico” o “si hoy no va a terapia, pasado mañana tampoco irá, pues le recordaré que cuando no fue no paso nada y en darme cuenta lo tendré faltando a las terapias de una semana entera y en la palma de mi mano con una cerveza preparada” “si hoy va al restaurante no consumirá, mañana volverá a ir y se cruzara con algún conocido que este consumiendo y no consumirá pero sufrirá, al tercer día lo tendré preguntándose a sí mismo si de verdad está enfermo y si por una vez no pasa nada, diciendo que una vez al año no hace daño”.
Una vez al año si hace daño compañeros, una vez al año a nosotros nos puede matar, perderemos para siempre la confianza de la gente que nos quiere, volveremos de nuevo a caer en el pozo del infierno y puede que esta vez nunca salgamos... por lo tanto, yo decido que ahora mismo prefiero no pensar y actuar en base a mi recuperación. ¿y tu?    ¿De verdad vas a pensar en lo impensable?.
Fernando Iñesta Gómez. 13/03/18.
 

 
CUANDO LA FE SE PONE EN TU CONTRA

 
Esperanzados por un ser superior, esperamos que las cosas se hagan solas.
Está bien pensar que algo, no se que, nos anima a seguir con nuestro propósito, que nos levanta el ánimo cuando tenemos un dia que se presenta oscuro.  El problema es cuando creemos que ese ser superior va a realizar nuestro trabajo, ahí es donde tenemos que tomar conciencia de que el trabajo es sólo y exclusivamente nuestro, no podemos depender de terceros.

En ese caso siempre tendremos a mano la excusa de que ese "ser superior" te dejo en la estacada y no te protegió.
Hemos sacado excusas toda la vida, cuando no ha sido por una cosas a sido por otra, cuando en realidad el único responsable somos nosotros, nadie es dueño de nuestros actos. Somos propietarios de nuestra vida y eso conlleva a responsabilizarnos de ella, es decisión nuestra perderla antes de tiempo, o cuidarla hasta que la muerte, por decisión natural, nos la arrebate.
Excusas, Excusas, Excusas, Excusas, Excusas,
amc
 
 
 
 
                       13 de Octubre del 2018. Sábado.  
                                Un día para recordar.
  Había oído hablar de esos días en que el día oscurece.
Esos días quizá los haya pasado anteriormente, pero bajo los efectos del alcohol, los sentimientos están anestesiados, sin vida, sin más.
He sentido todo tipo de emociones, emociones que oí hablar de ellas pero no logré nunca en mi vida comunicarme con ellas.
Pasar de un  estado de euforia total a pasar a la depresión más potente, sentimientos de ira, el reproche, resignación, culpa, tristeza, impotencia, odio, rencor, frustración. Todas ellas vividas en apenas unas horas y en intervalos de tiempo mínimos. Como una hoja de sierra que corta el aire que respiro y lo absorbo entrecortado, en pequeñas dosis, las justas para evitar el desmayo y así sentirlas una a una como van traspasando mi cuerpo.
Intento transmitir a los más débiles lo positivo de lo sucedido, comparaciones absurdas en ese momento de dolor.
Por suerte o por desgracia, todo llegará al olvido, todo quedará como una anécdota más que contar.   
Nadie fue culpable del suceso, ni el propio enfermo es culpable de su enfermedad.
Estaba en el mejor sitio para recuperar su vida pero no dio tiempo, su vida ya estaba agotada.   Solo se llegó a la ilusión de haberlo intentado, de haber conocido otra vida diferente a la que tenía, aunque apenas diera tiempo a saborearla.


Quiero pensar que al menos a donde vas, serás más feliz que de donde saliste.
 
amc
 
 

 
 

 
HORA PUES, DE CREAR


 
A quién le importa sino a nosotros,
los desvalidos, los acomplejados, siempre extraños.
Nos importa más el amargo pasado,
que lo que tenemos hoy entre manos.
Nos importa más lo irreparable,
que lo palpable.
No podemos vivir de lo que fuimos, es más sensato
vivir de lo creado.
Somos nuestros propios creadores y todo depende
de lo que queramos crear.

 
amc

         

 

 


 

 











CAMINO A LA CORDURA V




CAMINO A LA CORDURA V




La humildad es la base y fundamento de todas las virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea.
Miguel de Cervantes.    Coloquio de los Perros.


Humildad:  virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades.  
Esto nos ayuda trabajar nuestros defectos y reforzar nuestra  autoestima. 
La humildad junto con la honestidad, son posiblemente, los valores más importantes del hombre e imprescindibles para el adicto en recuperación.



    A lo que me preguntaste del orden que tenía para entrar con amo, digo que ya tú sabes que la humildad es la basa y fundamento de todas virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea.
Ella allana inconvenientes, vence dificultades, y es un medio que siempre a gloriosos fines nos conduce; de los enemigos hace amigos, templa la cólera de los airados y menoscaba la arrogancia de los soberbios; es madre de la modestia y hermana de la templanza; en fin, con ella no pueden atravesar triunfo que les sea de provecho los vicios, porque en su blandura y mansedumbre se embotan y despuntan las flechas de los pecados.


Coloquio de los perros.   Miguel de Cervantes.




La aceptación, “cimiento” de todo proceso de crecimiento.



La vida no es un simulacro, la vida no admite errores.
                                  amc



Conocernos a fondo se lleva gran parte de nuestra vida.
Cada día descubro algo diferente que no creí poseer, algo que veo en los demás y lo relaciono conmigo mismo.
Me miro cada día en el mismo espejo y cada día veo diferente persona.
Mis reflejos ya no son los mismos, quizá de chaval corrí demasiado y mi segunda juventud se ha convertido en vejez prematura, mis huesos se resienten y las articulaciones se han convertido en viejas bisagras oxidadas que antes lubricaba con alcohol y ahora no encuentro con qué engrasar.
Quizá esté equivocado y realmente mi aspecto corresponda a mi realidad.
Quizá de tanto correr, no vi pasar el tiempo y perdí parte de mi vida en el trayecto.
Si hay algo que realmente a mejorado con creces, es la sensación de rozar la felicidad, de creer en mí y en mis posibilidades de seguir creciendo como persona y valorar cada hueso atrofiado por la artrosis, cada cana, cada arruga, cada nueva dioptría, cada cansancio y cada placer de terminar un nuevo día con la seguridad de haber hecho las cosas que he elegido hacer.
Esa sensación de haber conseguido mi propósito en esta vida, es lo que me hace dormir bien cada noche.


 



FEDE
 
¿Qué tiene que pasar por la cabeza del adicto para darse cuenta, que lo que está haciendo le está llevando a las muerte?
Se dice que hasta que no se toca fondo, uno no se da cuenta de la gravedad del problema.
He visto cientos de fondos, a cada cual más profundo.  Cada uno tenemos nuestro fondo particular, es de suponer que nuestro fondo siempre será el mas amargo, el más oscuro, o así debería ser, de otra manera pensamos que “bueno, en realidad no me va tan mal en comparación con los demás”
Los habrá más profundos y menos, pero el más doloroso para mi, siempre será el mío ya que le he sufrido en mis propias carnes,
Pero que pronto se nos olvida de dónde venimos, qué deprisa echamos tierra al fondo que un día nos hizo recapacitar y darnos una oportunidad.
Nos acordamos de nuevo de el, cuando estamos excavando el siguiente y  la oscuridad te ciega.
Llevo el tiempo suficiente para haber visto muchos fracasos, y cuando digo fracasos no me refiero a tropezones en los que te vuelves a levantar y “tiras pa lante” cuando hablo de fracasos hablo de ruina, muerte…  
Fede, el gran Fede, el Puto Amo, pasó por varios tropiezos, cierto. Según él, “las recaídas me han servido para aprender de los errores,  para modificar todo aquello que hacía mal, para mi las recaídas fueron necesarias para completar mi currículum y comprender cómo se siente  el recaído al que tengo que consolar”
Cierto es que de las recaídas se aprende, pero al contrario de como se suele decir, no son necesarias ni aconsejables.
En cierta ocasión escuche a alguien decir que una recaída era necesaria para una buena recuperación, algo que discrepo y que no le veo sentido.
Yo me saqué el carnet de conducir a la primera sin necesidad de suspender y todavía conservo todos los puntos.
Fede los aprovechó para su beneficio y eso no significa que sea necesario para hacer un buen proceso de recuperación. Todo lo contrario.


La adicción es le única enfermedad en la que la perfección del cuerpo humano, no te alerta del problema, en su defecto, te hace creer que es algo que puedes controlar sin mayor dificultad.
De ahí la importancia de aceptar y reconocer la incapacidad de decidir cuándo sí y cuando no, es la enfermedad quien decide por ti.
Quedamos a su merced esperando que el problema desaparezca por sí solo y poco a poco, día tras día, deterioramos nuestra única herramienta de salvación, nuestro cerebro.
El mismo que ahora nos destruye, es el único que tiene la capacidad de construir.

 

POR FIN DOMINGO


  A primera vista te podrán parecer de lo más común.
En un principio, no hay cambio alguno aparente, al menos a vista de calle. Un buen trabajo, socialmente aceptado y bien valorado, familia de bien que no da de hablar en su entorno.
Eso es el principio, unas condiciones de vida idóneas y envidiadas por muchos.  
Con un nivel adquisitivo razonable y sin deudas, mentalmente equilibrado y razonablemente consciente de su posición social.

Cada domingo, y sin faltar a su cita, ejecuta con precisión un partido de tenis en el Club Social del cual es socio desde años atrás. Lo que otros adversarios lo toman como un mero pasatiempo, el se juega el todo por el todo, cada punto de partido, cada saque, para el es una final de Roland Garros.  Después del esfuerzo realizado llega el trofeo, unas horas en la cafetería del Club Social con los que antes fueron contrincantes que se convierten en compañeros de aperitivo, aperitivo que se alarga con demasía llegando a sobrepasar con creces la hora del almuerzo.
Después de tanto aperitivo regado con abundante cerveza y vino, la ausencia de apetito hace que la mayor parte de la comida se quede en el plato, acostumbrada a los mismos domingos de siempre, su mujer se resigna y le sirve el café con una buena copa de coñac para una buena digestión, aunque el coñac también le funciona como cura para los resfriados y los síntomas musculares de cuando se acerca una gripe. Es su pócima secreta para todo tipo de males.
Después de una buena siesta, no hay nada mejor que un buen paseo para pasar la tarde de domingo.
Siempre destacó su destreza en el agresivo juego del mus, siempre le buscan como pareja, es una garantía si quieren asegurarse la victoria. A copa por partida, pasa la tarde- noche en el Club Social al que es socio desde años atrás.
Victoria tras victoria, copa tras copa.
Al llegar a casa, los niños duermen, se preparan para un lunes de colegio en el que se esfuerzan por sacar buenas notas, mas les vale, una mala nota supone un enfado de papá y eso no lo quiere nadie, lo pagan ellos y lo paga mamá.
El sacrificio que hacen no es para satisfacerse a sí mismo, lo hacen para mantener íntegra su salud y la de mamá.
amc.     

Fin del Capítulo.



viernes, 21 de junio de 2019

CAMINO A LA CORDURA IV




HISTERIAS



Difícilmente podría enumerar las causas por las que hoy se encuentra donde él considera su hogar.
Realmente, su situación actual, es inmejorable. Jamás hubiese imaginado que su vida daría un giro tan brutal, le costó su tiempo, un largo tiempo, tiempo que dedicó solo y exclusivamente a él, a su recuperación.
En ocasiones peligró su vida, en ocasiones pensó en abandonar y lanzarse al vacío.
A todos nos llega el momento, a él también le supuso un gran esfuerzo reconocer su enfermedad, engañándose cada día y volviendo a la misma rutina.
Un cartón de vino como única compañía, desaliñado y descuidado en su aseo personal, se adentraba cada día en su mundo.


 - Qué estás dispuesto a hacer para recuperarte Federico?
 - Estoy dispuesto a entregar mi vida, ya que es lo único que me queda, una mala vida.


Desesperación, es el momento en que nos damos cuenta de que tenemos que alejarnos de el amor de nuestra vida, nuestro compañero, amigo fiel, el que nos provocó sonrisas, lágrimas, enfados y peleas.
No hay profesional que logre hacer desaparecer todos los recuerdos que tiene en la cabeza, cabeza desgastada y carcomida, con las funciones básicas, recordar, recordar, recordar...
Recuerdos de consumo a corta edad, sustituir la limonada por la ginebra no fue buena idea.
Los recuerdo de su inicio como consumidor, no son tan malos, tenía amigos con los que impartía batallas, anécdotas, mentiras, canutos y alcohol.
Es de entender, que aquello no duraría mucho, menos aún al ritmo que desaparecía el poco dinero del que disponía, en el negocio familiar, las cosas empezaron a cambiar, se le cortó la libertad de poder hacer y deshacer a su antojo y su antojo no era otra cosa que su adicción.

 Su única prioridad en la vida durante un largo tiempo, fue el alcohol.
Todo lo que conseguía, todo, lo invertía en alcohol.
Cada día que pasaba, necesitaba más cantidad, cantidad de alcohol, cantidad de dinero.
Llegó un momento en que en su realidad se encontró solo, sin familia, sin trabajo, sin amigos, solo él y su alcoholismo. Toda ayuda exterior, era para él, estar en su contra. El se sentía capaz de solucionar todos sus problemas, pero siempre recurre al consumo para intentar solucionarlos, con lo cual volvía al pozo del que nunca lograba salir.
Su hogar, ya no era su hogar, era un sitio con gente extraña, que le hacían reproches constantemente.
En su trabajo pasaba exactamente lo mismo.


Pasaba más tiempo en la calle que en cualquier otro sitio, ya no recurría a los bares, la gente lo miraba de una forma que a Federico no le gustaba.
Paso a suministrarse en los pequeños mercados algo alejados de su barrio, siempre con discreción, compraba cuando tenía dinero, lo robaba cuando no lo tenía y su abstinencia podía más que el.
Paso de ser una persona respetada y pudiente a ser un desecho de la sociedad.
Una sociedad que te ofrece la droga más dura, bien vista socialmente, una droga que te lleva a lo más bajo que puede llegar el ser humano y luego una vez jodido, esa misma sociedad te da la espalda.
Fueron años los que pasó bajo el dominio del alcohol.
Al inicio de su aventura, dominado por los efectos del tóxico, el mundo estaba a sus pies.
Como experiencia se podría decir que vivía una vida paralela a la realidad, una vida llena de euforia, excitación y desenfreno.
No tenía tiempo de pensar en lo que estaba haciendo, simplemente lo hacía, sin más, sin pensar en las consecuencias que le reportaría en un futuro no muy lejano.
Se adentro casi sin darse cuenta en el mundo de las drogas, un mundo carente de respeto, carente de humildad, falta de orgullo, disciplina y lógica.
La euforia fue desapareciendo, la excitación y el desenfreno fue sustituido por deterioro, amargura, soledad y obsesión.
Tenía el alcohol en su cabeza, como el que tiene a su gran amor acomodado en su cerebro sin intención de marchar , eso era, el gran amor de Federico.
Ajeno a la vida y en la mayor desesperación jamás imaginada, los robos y peleas fueron constantes, lo único en su mente era el consumo, hacia lo necesario para conseguir, lo que para él era medicina. Rechazado por la sociedad y agotados todos recursos, le llega por imposición el momento de reflexión.  Su cabeza se convierte en un ir y venir de pensamientos, rechazos, culpas, arrepentimientos y un sin fin de recuerdos.
Federico se recrea en esos recuerdos, intenta buscar algún recuerdo como apoyo y justificación que le de motivos para iniciar un cambio de vida.  


A Federico le llueven las preguntas, cómo empezar, por dónde empezar, cuál sería el primer paso.
Esas son las preguntas que se hacen a diario cientos de personas, no solo los jóvenes, personas adultas con falta de información que les gustaría solucionar sus problemas y que se encuentran solos y desamparados.
Después de varios intentos, su vida se agotaba, por más que intentaba recordar momentos sobrios, no los encontraba.
Toda una vida de consumo. ¿Cómo empezar una vida sin consumo?, Federico no conoce otra vida diferente a la suya.
Un momento difícil para el adolescente que comienza la universidad, un momento de responsabilidad para el joven que se emancipa y abandona la seguridad del hogar familiar y se  enfrenta a los retos que debe afrontar. 
¿y Federico?, no ha pasado por nada de eso, su vida siempre ha sido el negativo de una película, solo tenía un problema que resolver, sus ganas de consumo.  A su edad todo le viene grande, rozando las cinco décadas que lleva a las espaldas, será muy difícil construirse una vida nueva.
Tendrá que rellenar los espacios que dedicaba en exclusividad al consumo, los cuales eran muchos por no decir todos.
Tendrá que buscar nuevas amistades, relacionarse con gente sana le será complicado, todos sus conocidos son adictos.
Vaya problemón.
Olvidar casi cincuenta años de su vida, como se hace eso?
Casi cincuenta años de fracaso, es difícil de aceptar, más de media vida dedicada a la autodestrucción y basta un solo segundo de lucidez en tu cerebro, para darte cuenta de que algo no va bien, algo está pasando en tu cabeza que no eres capaz de controlar.


Piensas hacer algo, Federico?.  
Es cuestión de rendirte, reconocer que estás enfermo, estás jodidamente enfermo.  Como si no, te explicas todo lo que está pasando, como justificas los desastres provocados por tu incapacidad de poner solución a tus problemas.
Se tarda un mundo en reaccionar, cada segundo que tardas en decidirte, es un segundo de vida que estás desperdiciando. Da el primer paso Federico, jamás te arrepentirás.


Ahora lo llaman Fede, el jefe, el profeta, el puto amo.
El hombre que salió de los escombros para abrazar a la vida y no soltarla, para aconsejar a los que quieren ser aconsejados, para destruir pasados y construir futuros.
Acepta de buen grado su condición de paranoide, le mantiene en imaginario contacto con quienes fueron sus instructores, en perfecta armonía, controlado por sus creadores de sueños.
Cada noche hace repaso mental de lo acontecido en el día, algo que le enseñaron y lo sigue manteniendo como rutina.
¿Lo podría haber hecho mejor?, bueno... ya mañana, con la experiencia de ayer conseguirá mejores resultados, ¿es que tienes prisa?., al final solo está la muerte, y nadie tiene prisa por morir.
A pesar de su deterioro físico, se siente el hombre más sano del mundo, eso sin contar con su desgaste mental, introducirse en la piel de otro cada día, es agotador, vaya si lo es.
Sentir como el otro siente, amar como el otro ama, odiar como el otro odia, el reflejo diario de su vida contada por otros.
Posiblemente no entiendas nada de lo que estoy relatando, quizá para la sociedad, el Gran Fede solo sea un personaje más, sin pena ni gloria, pero para muchos, es un ejemplo a seguir.
Les habla de su pasado, les habla de su presente, de todo lo que le enseñó la calle y lo tarde que se dio cuenta de lo que le estaba pasando.
Le escuchan con atención, sin perder detalle, cada palabra de Fede es un símbolo de coraje y sabiduría, sabiduría que les va curtiendo y les va enseñando el camino correcto de la vida.


Fede, se sumerge en su mundo, desconecta de la realidad cada vez que desempeña su labor, en su voz se puede palpar el llanto, un llanto seco que ya se canso mojar.
En ocasiones se adentra tanto en su mundo, en su pasado, que a Fede le gustaría volver, volver y recuperar todas esas cosas que perdió por el camino y son irrecuperables, las vidas, las vidas de compañeros de viaje que no aprovecharon la oportunidad que sí supo aprovechar el.
Piensa en ello y prefiere olvidar, ahora toca el presente y las muchas vidas que, ahora sí están en juego y puede hacer algo por ellas.


Día tras día, pasea por las mismas calles en que, en una vida anterior, fueron calles tristes y amargas.
Para Fede, la vida sigue siendo amarga, no siente que se haya solucionado el problema, si el suyo en particular, pero no el problema social que invade las mismas calles de siempre.
Pobreza, abandono, miedo...   Se acerca el frío, se acercan fechas señaladas en las que las familias se reúnen para la celebración anual de la navidad.
Estos que ve Fede en las calles hoy, seguirán estando en las calles los días en que las familias estén disfrutando del calor de un hogar repleto de manjares que no serán capaces de terminar.
Las calles siguen siendo frías y solitarias, a la vez que solidarias, entre ellos comparten lo que tienen, el alcohol les ayuda no solo a olvidar, si no también a calentar sus cuerpos escuálidos del frío viento de la noche, larga noche…
amc
 
Fin del capitulo.