martes, 29 de octubre de 2019

CAMINO A LA CORDURA XII


   Algo que me llena de satisfacción es comprobar como se va contagiando la maravillosa experiencia de poder trasmitir los sentimientos en escritura. 
Cada día son mas los aficionados a la escritura, algo que se trasmite de compañero a compañero y cada día recibo mas escritos para, si les doy el visto bueno, poder publicarlos y compartir con vosotros.

Desde luego no deshecho ninguno, todos tienen un pedazo de humanidad, no hay maldad en ellos, solo vivencias y sentimientos. Algunos te llenaran el alma, otros te tocaran la fibra y otros te harán soltar alguna que otra lagrimilla, es una de las mejores maneras de conocer a la persona que, de forma anónima para muchos, comparte su corazón con quien quiera aceptarlo. 

En esta ocasión, comparto un escrito de alguien del que personalmente me siento muy orgulloso, aunque, por su edad y condición, todavía le queda un largo camino, siento que no me defraudará. En su día aposté por el y por mi experiencia, sabia que tenia ante mi un caso complicado pero por su edad sabia que su rebeldía seria pasajera y su nobleza juega mucho a su favor.
 
Como no, agradecer el buen hacer de su familia que fue y está siendo leal a las instrucciones del equipo. Siempre lo digo, este proceso es muy duro, tanto para el adicto como para la familia.

amc

SILENCIO

Cuantos años preso del ruido, del ruido de mis pensamientos, del dolor que habitaba en lo mas profundo de mi, preso de sustancias, de personas vagando por lugares donde no existe el respeto ni dignidad.



Perdí los valores, los valores que nos hacen personas, perdí la fe en mi, la fe en esta vida, en este mundo.

Ahora he conseguido estar libre de las sustancias, vuelvo a tener fe en mi, he recuperado los valores que nos hacen humanos, que nos hacen ser lo que somos, he vuelto a tener fe en mi. Y en cuanto a los pensamientos, no se si sigo preso, solo se que ahora, hay veces que consigo Silencio.

Jorge Aguilera.  27/10/19.


MI SILENCIO

Esto me hizo reflexionar sobre el silencio, el silencio absoluto se llama muerte.
Investigue un poco y no tarde mucho en darme cuenta que no soy el único con esa hipótesis.  Al parecer ya investigaban en ello antes de mi nacimiento...
 
   "Cage visitó la cámara anecoica de la Universidad de Harvard en 1951 esperando escuchar el silencio (aunque siga sonando a contrariedad). ¿Y qué escuchó? Según reportó el periodista Donald Jordan, Cage determinó que la única manera de no percibir sonidos es, literalmente, la muerte, habiendo oído los sonidos que el propio cuerpo produce"
 "Tras entrar a una cámara anecóica, John Cage determinó que la única manera de no percibir sonidos es, literalmente, la muerte."
 


Mas que silencio, lo llamaría PAZ. Así no entraremos en la mala interpretación entre ciencia y espiritualidad.

  Bien es cierto que no hay mayor silencio que la soledad.
Para muchos la soledad es sinónimo de tristeza, de abandono.
Al igual que con el silencio, tampoco existe la soledad absoluta.
La soledad es un corto periodo de la vida que tendrás que aprovechar al máximo. La soledad es un lujo, un privilegio al alcance de todos pero que muy pocos saben disfrutar.
Una vez aprendas a disfrutar de ti mismo, de la soledad, quizá, solo quizá, hayas encontrado el secreto de la vida.

amc












      

No hay comentarios:

Publicar un comentario