Un sueño en mi nevera
Alguien dijo; “Lo mejor de viajar no es el destino, sino el trayecto hacia el destino” Algo así, creo que fue un tal Constantino, filósofo él, creo. Parece que cosas tan obvias las tenga que decir alguien que, a base de darle a la mollera durante años, se hace conocedor de la verdad absoluta y nos haga reflexionar cuando, en realidad, cosas como esas las sabíamos pero no nos atrevemos a decirlas por no quedar como idiotas. Luego están los que analizan las frases y le dan una vuelta de tuerca, el típico “cuñao” que se atreve con todo y explica detalladamente el significado de la frase.
.- A ver si me entiendes…
Típica frase del que se cree superior y piensa que los demás somos retrasados mentales.
.- Si te das cuenta, el viaje es la vida y el destino es el cementerio, ¿lo pillas?
Lo pillo, vaya si lo pillo. El problema es que él cree que no lo has pillado e insiste en explicarlo de mil maneras para que lo entiendas, por mucho que le digas que lo entiendes, creerá que lo has entendido mal, porque algo tan complicado, no lo digiere una mente cualquiera, no. A no ser que tengas una cabeza privilegiada, como él. Así que, vuelta al molino, que encima lleva una cerveza de más.
.- El viaje (otra vez más) es la vida misma tío, los amigos, la novia, el trabajo, un día te casas, al tiempo tienes hijos, te compras una casa más grande etecé, etecé, etecé, ¿lo pillas? Ahí, ahí, es donde está el viaje, ¿y luego? ¿Qué pasa luego? Que llegas al destino. Eso viene a ser la frase, ni más más, ni más menos.
Mientras me infla la cabeza mi cuñao el filósofo me pregunto ¿Qué le vería mi hermana a este gilipollas? Joder, mi hermana tiene una carrera, ¿Tanta pasta tendrá?
.- Perdona Antonio - Le dije intentando no interrumpir sus teorías - Voy un momento a la nevera a por un refresco, ¿Quieres que te traiga algo?
.- Pues sí, me tomaré otra de estas. Dijo levantando el botellín de cerveza casi vacío que tenía en la mano.
De camino al frigorífico, pensaba en la charla de Antonio y de cómo darle un verdadero significado a la frase, en cierta manera me había picado, tenía que darle un sentido a la frase más complejo que el que le dio Antonio, no era malo el suyo pero le vi demasiado obvio, demasiado simple aunque él estuviera convencido de que no lo entendía. Así pues, tomé el refresco del frigorífico y me puse a meditar, no siempre lo obvio es lo correcto, hay mil interpretaciones de una sola película, mil finales diferentes, mil caras en el mismo actor. La probabilidad de que alguien, según la teoría de Antonio, conozca el destino como para asegurar que es mejor el viaje es de cero, nadie que yo sepa, podría decir que el destino es peor que el viaje, con lo cual, deja muchas fisuras la teoría de mi cuñao. Sin embargo, pongamos que el destino no es la muerte, ya que de la muerte sabemos poco o nada. Pongamos que el destino es aquel sueño que nos queda por cumplir, aquel sueño por el que llevas luchando toda una vida. Normalmente, cuando conseguimos algo importante, solemos decir “ha valido la pena” pero poco nos fijamos en el trayecto hasta haberlo conseguido, todo el aprendizaje, todo el conocimiento adquirido durante el tiempo que hemos estado trabajando para conseguirlo. Si los sueños los consiguieras sin esfuerzo, no tendrían valor, por lo tanto, no es tanto el sueño como el camino recorrido para conseguirlo, por eso, mis sueños siempre los guardo en la nevera, para que conserve todo su valor.
amc
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