miércoles, 12 de enero de 2022

CAMINO A LA CORDURA

 CAMINO A LA CORDURA

Mi Baúl de los Recuerdos

Recuerdo que la emoción no era tanto por los regalos que pudiera recibir como por el pasar las fechas con mis primos y hermanos. 

Nos juntábamos todos en la casa del pueblo de mi tío Florentino (El Tinajas) Una casa pequeña en la que había que ingeniárselas para convivir cuarenta y la madre, comidas, cenas y desayunos que se hacían interminables, recuerdo a la abuela Lorenza, respetada por grandes y pequeños, las locas de mis primas María y Marga, mis únicas primas entre tanto varón, la admiración que sentía por mis primos mayores. Miguelito, Michel como lo llamaba su padre mi tío Manolo, Vicentín, el más alto, grande y fuerte de todos ellos, Javierito, que se las mataba callando, recuerdo a todos aunque no los nombre ya que sería un no parar. El maletín de Enrique que en su interior guardaba todo tipo de chuches, Carlitos, el más pequeño y el más querido por todos, me acuerdo de ellos y también me acuerdo de los que no están. 

Los más recientes, Miguelito y Aurelio, son a los que quizá recordaré como aquellos valientes que esquivaron a la muerte durante mucho tiempo para hacer sus sueños realidad, alguno con éxito otro...  Mi tío Manolo, el tío que siempre desea tener un sobrino, nos dejó sin mediar palabra, el gran Felix, otro grande que dió la vuelta al ruedo en varias ocasiones pero no siempre cortas oreja y rabo, su mujer Carola, trató a cada uno de sus sobrinos como si fuesen sus propios hijos ya que ella nunca los tuvo. “La Fini” siempre con la sonrisa en la cara, nunca la vi enfadada, en ocasiones triste pero nunca jamás enfadada, Vicente y Carmen, la bella y la bestia, cada uno de ellos, estaban hechos el uno para el otro, los que nos dejaron y de los que aún no, nadie entendería la vida de Carola sin Felix como tampoco tendría sentido una Fini sin Manolo, un Ernesto sin Mari o una Dioni sin Florentino como tampoco lo tendría mi madre sin mi padre. Que mejor regalo de Reyes que mis recuerdos, donde estamos todos, al completo, seguramente me habré dejado alguno sin mencionar como mi primo Álvaro o Mamel y tendría anécdotas para con todos y llegaría la Semana Santa y seguiría en mis recuerdos. 

Felices Reyes

amc



La vida y la Muerte

Cuando no somos capaces de ver más allá de las cosas, nos hacemos vulgares, personas simples de sentimientos simples. 

Hay tantas cosas que aprendemos pero no prestamos atención a lo que verdaderamente aprendemos, las tomamos como lecciones de Historia, lecciones de álgebra que al poco de aprenderlas las olvidamos, solo usamos el aprendizaje para superar el objetivo inmediato, a partir de ahí se olvida. De qué sirven meses, incluso años de recuperación si solo nos esforzamos para pasar de curso, para aprobar selectividad. Aquel que no interioriza su realidad está predestinado al fracaso.  

El adicto, la adicción, es una filosofía de vida que nada ni nadie te puede modificar.

Somos lo que somos y no podemos cambiarlo, somos lo que somos y debemos de estar agradecidos de ser lo que somos. 

Agradecidos de saber disfrutar de un paisaje, de saber disfrutar de la amistad, de saber disfrutar de un paseo en soledad, de una conversación con amigos, de saborear todo el sabor de un buen libro, de valorar también un mal libro, pensar en el tiempo dedicado a escribirlo y la buena intención del escritor por atreverse a publicarlo, sabiendo incluso que no es un buen libro. ¿Alguna vez te has parado a ver el trajín de las hormigas? Es algo espectacular, puedes pasar horas y no te cansarás de ver su incansable trabajo. 

Solo aquel que aprende a comunicarse con el mundo, es sabedor del secreto de la vida, tanto animales como cosas, todo tiene un sentido, solo hay que mirar más allá de las cosas y verlas como parte de tu vida, algo tuyo, todo, absolutamente todo es tuyo, el mar, la montaña, las nubes, el cielo, el río, las piedras del río, la lluvia, la nieve, la niebla, la vida y la muerte. 

amc.






Viejas costumbres

 

  Pretenden hacernos seres sin sentimientos, sin emociones, ¿Dónde quedaron los piropos? Me cuesta creer que a una mujer no le guste gustar, pagamos justos por pecadores. Dejaremos de ver mujeres merecedoras de los piropos más picarescos sacados de las mentes más calenturientas. Dejaremos de disfrutar del taconeo rítmico femenino al són de mi corazón que se enamora de cada paso, de cada mirada picarona, de cada sonrisa cruzada, Echaremos de menos los frenazos de los amables taxistas en los pasos de cebra por el descuido de una mirada a los monumentos de la ciudad.

Todo porque ahora, a las mujeres no les gusta ser mujer, ya no les gusta gustar, ya no quieren ser femeninas.

Unas no quieren y al resto no las dejan.

amc




2 comentarios:

  1. Alberto, eres un crack. Quién lo diría, con tus formas campechanas y tajantes. Te prometo que me he quedado alucinado de hasta dónde puede llegar tu enorme magnitud de sensibilidad. Tan sólo he echado una mirada rápida al blog, pero que maravilla, y sobre todo, qué humildad cuando no nos has hablado de esta obra de arte, sólo lo has hecho cuando te hemos preguntado. Aquí tienes un nuevo seguidor y amigo, que con orgullo diré y aconsejaré la lectura a mis allegados, diciendo, yo soy su amigo. Enhorabuena, felicidades, has roto el molde tío. Un abrazo. Herminio

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    1. Gracias Herminio, me alegra que te haya gustado y por su puesto, cualquier cosa, aquí me tienes amigo. Un fuerte abrazo y nos vemos pronto campeón.

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