CAMINO A LA CORDURA
21/06/2020
“Si para gustar a alguien tienes que convertirte en algo que nunca te gustó, estarás cometiendo la mayor de las infidelidades” @_TamMc_
LA TIENDA DE LA VERDAD
Basado en un cuento de JORGE BUCAY con mi interpretación personal
El hombre, paseaba cada tarde por las calles de su ciudad, una ciudad
pequeña con calles pequeñas. Tenía tiempo, todo el tiempo del mundo.
Por eso paseaba cada tarde y se entretenía en cada escaparte de cada
tienda que se cruzaba en el camino. No tiene un rumbo fijo, no tiene
un destino, solo pasea y observa escaparates por mera curiosidad,
sin pretensión de comprar algún artículo, tampoco se lo puede
permitir. Su soledad le permite el lujo de entretenerse eternamente en
sus paseos, no tiene horarios, no tiene que rendir cuentas con nadie,
nadie lo espera.
La vida le enseñó que las prisas no son buenas compañeras, desde
entonces, la calma y la tranquilidad inunda cada poro de su piel.
Lleva años caminando en soledad, su vida le llevó por un mundo
irreal en el que su entorno no encajaba y decidió que lo mejor era
seguir su camino, bueno o malo, pero su camino.
Cada día encontraba nuevas tiendas donde poder ojear los artículos
expuestos para el disfrute de los transeúntes, ese día, al doblar la
esquina de una callejuela, se dió de bruces con un local modesto, sin
letrero alguno en su exterior, tan solo un pequeño atril que exponía un
cartelito escrito a mano en la puerta donde se podía leer,
Tienda de la verdad
El hombre se sorprendió, pensó que era un nombre de fantasía, no
llegaba a pensar qué diablos vendían en aquella tiendecita.
Entró impulsado por la curiosidad y se dirigió a una señorita que
sonreía tras un mostrador.
- Perdón, ¿esta es la tienda de la verdad?
- Si señor, aquí es. ¿Que tipo de verdad busca? ¿Verdad parcial? ¿Verdad relativa? ¿Verdad de estadística? ¿Verdad completa?...
¡Asique era verdad, allí vendían la verdad! nunca se hubiese
imaginado algo así, entrar en una tienda y llevarse la verdad,
aquello era inaudito.
- Verdad completa
Dijo el hombre muy convencido.
- Estoy cansado de mentiras y falsificaciones, no quiero más generalizaciones ni justificaciones, ni engaños ni fraudes, verdad plena, verdad completa.
- Bien, sígame señor.
Contestó la amable señorita sin perder la sonrisa.
La señorita lo acompañó a otro sector y señalando a otro vendedor le dijo.
- Mi compañero lo atenderá
- Gracias, muy amable.
El vendedor se acercó al hombre y le ofreció sus servicios.
- Buenas tardes, ¿qué desea el señor?
- Vengo a buscar la verdad completa.
- Ajaaa
Comentó el dependiente con gesto dudoso
- Perdone pero ¿El señor es conocedor del precio de lo que pide?
- No, no lo sé, ¿Cuál es el precio?
Pensaba que el precio entraría dentro de su presupuesto, al fin y al cabo,
la verdad no es algo material, no es un trabajo físico, quizá tendría un precio simbólico.
- Bueno, dijo el vendedor - Si usted se la lleva, el precio es que usted nunca más volverá a estar en paz.
Un escalofrío le envolvió el cuerpo al escuchar el precio, jamás pensó que
llevarse la verdad absoluta fuera tan caro.
- Bueno, en ese caso lo pensaré mejor antes de llevarlo, gracias.
Se dio la vuelta cabizbajo y salió de aquel local.
Quedó triste al ver que todavía no estaba preparado para la verdad absoluta,
de que aún necesitaba algunas mentiras para encontrar descanso, algunos
mitos en los que refugiarse, algunas justificaciones para no enfrentarse
consigo mismo, se consoló pensando que quizá mas adelante, quizas.
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