Respirando
Aparecieron olvidadas en un cajón sin fondo, aquellas cartas que te escribí. Siempre encabezadas con la misma frase; “Querido y estimado Fede” Aparecieron como aparecen las cosas que no pretendes encontrar, cuando crees haber olvidado. El tiempo cura, pero a su paso va dejando cicatrices que perduran para siempre, recuerdos que nunca has de olvidar.
Volví a guardar aquellas cartas, en el mismo cajón, en el cajón del olvido, aquel que tantos y tantos recuerdos guarda, aquel cajón que intenté poner llave pero no encontré de su medida, todos eran pequeños y frágiles como el papel. Desistí y dejé que salieran y entraran los recuerdos a su antojo, de esa manera me acostumbre a recordar, a recordar sin dolor, a festejar cada recuerdo, a valorar cada episodio en el que morí.
Puedo presumir de vivir, de sentir, de amar, de respirar este aire puro que cada mañana inhalo. Presumir de poder alcanzar las estrellas cada noche y conversar con la luna que me cuenta que está harta de trasnochar, blanca de no ver el sol, sola por velar a los que duermen. “Te entiendo luna, ya pasé por ello también” La digo en mi intento de consolar “Se lo que se siente al estar solo, pero no debes sentirte sola, miles de enamorados se besan bajo tu luz” Mis intentos de aliento, a veces funcionan y la luna presume y se deja ver entera y blanca pura, poderosa, única.
Recuerdos, recuerdos que solo yo, tengo acceso a ellos y solo yo, tengo el poder de compartir, recuerdos secretos que me llevaré conmigo y jamás serán revelados, solo yo los lloraré.
amc