martes, 26 de marzo de 2024

MARZO 2024

Raquel A ®

HIPERSENSIBILIDAD

ADICCIÓN A LO QUE NOS EVITA SENTIR

Llevo un tiempo dándole vueltas a qué fue lo que hizo consumir, y he llegado a la conclusión de que no quiero sentir tanto, ser tan vulnerable a las personas, a los sitios, a los recuerdos. Me encuentro en un momento donde no me reconozco, ni quiero de alguna forma ver a esa parte de mí que me hizo consumir tóxico.

Desde que nací, he sentido mi entorno como algo dañino para mi, era demasiado lo que estaba viviendo y sobre todo sintiendo. He sido un bicho raro, he aceptado el rechazo como algo “normal”, que te dejen de lado, hacer lo imposible por formar parte de sus vidas, sin darme cuenta, que la primera que tenía que verse era yo y sigo sin conseguirlo. 

Si me pongo a indagar en mi infancia, adolescencia, me perdería de nuevo. Ahora necesito perdonarme por haber creado una familia que no pude sostener. Normalice absolutamente que era culpable de lo que sucediera a mi alrededor y a odiar pero me mantenía en pié, por eso empecé a abotargarme con tóxico, porque era lo que conocía, y ahora veo que me estaba destruyendo poco a poco, y luego mucho a mucho.

Alejé todo lo que me hacía sentir bien, no me lo merecía, porque no había conseguido llenar ese vacío de mi pareja que era más grande si cabe que el mio. Apagué mi luz, para ver si así, él se encontraba en medio de su oscuridad, lo dejé todo por puro amor, tóxico si, pero así creía yo que se demostraba el amor, con sacrificio, resignación, humillación… Eso es mierda tal cual lo veo ahora.  Nadie merece estar donde no te llaman, donde no te contestan, donde te dejan en silencio para castigarte… Y la única que se estaba castigando de forma salvaje era yo.

No se puede entregar lo que no tienes, y por encima de todo, vinimos solos, y si no creces terminas en un hospital, en la cárcel o en el cementerio.

Nunca pensé que podía rozar un fondo donde, o te impulsas y te agarras como sea a la vida, o caes al vacío.

He perdido todo lo que suponía que era mi vida, y ahora, me queda empezar a gatear, a andar, y luego a hablar como cualquiera de nosotros que ha llegado al mundo, solos y con todo en blanco. 

Raquel.®


domingo, 3 de marzo de 2024

FEDE

 


¿Dónde está Fede?

Para unos pocos, Fede será eterno, para la mayoría es solo un mito, un cuento chino creado para subir la autoestima de aquellos que no ven salida a su problema, un ejemplo de supervivencia y resiliencia que se desvanece con el tiempo. Fede existe, siempre fue un anciano, y razón no les falta. Pero no por ello, su espíritu siempre estuvo por encima del bien y del mal. 

Parece que solucionando su mayor problema, tenía la vida resuelta, nada más lejos. Cuando sales de un problema entras en otro, quizá ese sea el sentido de la vida, salir de problema en problema y batallar con las inclemencias que te trae el día a día de la vida, de esta preciada vida. Cuando crees que llegaste a la cima de la cordura, divisas en el horizonte picos más altos a los que subir. 

Todo en la vida tiene un desgaste. Es irremediable, con el uso todo va llegando a su fin. Fricción tras fricción, un contínuo movimiento, como una fábrica de fundición donde moldean acero para convertirlo en recambios originales de Ford. 

Esa misma fábrica, fabrica sus propias piezas previstas a sustituir cuando estas tienen holgura y mueren, son sustituidas por unas hechas a su semejanza y van directamente a la basura donde serán recicladas y sacar un nuevo artículo que saldrá a la venta en cualquier establecimiento. 

¿Crees en la reencarnación?

Miles y miles de productos son reciclados y se convierten en un nuevo artículo. Reencarnación. 

“Lo que hoy es problema, mañana puede ser la solución”

“Lo que hoy puede ser muerte, mañana puede ser vida”


amc



MIRADAS


He vuelto a ver esa mirada.

No hay mejor diagnóstico que la mirada, una mirada inocente, limpia, dolida. Esa mirada que pide ayuda a gritos, esa mirada de “Me entiendes, te entiendo” Mirada que se compenetra con la mía al instante. Mirada de socorro desesperado. El resto viene solo, no hace falta palabras, simplemente un agarrón de manos y el simple susurro de “Tranquila, no estás sola” Es terminar la frase mágica y romper a llorar, un lloro de desahogo descarnado que nos lleva inevitablemente al abrazo, un intenso abrazo que tarda una eternidad en aflojar la presión pasando al abrazo cálido de comprensión y cariño. 

He vuelto a ver esa mirada de desesperanza,  el primer paso ya está dado, ya no hay vuelta atrás, la decisión más importante ya está tomada. 

La crueldad de esta enfermedad hace llegar al límite de las personas y cuando llega ese límite, te das cuenta que tienes que enfrentarte al problema. Es aquí donde empieza el cambio, es aquí donde comienza el espectáculo, el espectáculo de la vida.

He vuelto a ver esa mirada de agradecimiento. 

Si algún día la ves, entenderás lo que digo y no la olvidarás jamás.


amc


¿Y ahora?

Llega un punto en nuestro tratamiento (vida) en el que, por más que nos esforzamos, no encontramos el siguiente peldaño.  Vemos pasar el tiempo y creemos que no avanzamos, que ya hicimos todo lo que debíamos hacer, “Se acabó, se acabaron los recursos, ya hice todo lo que tenía que hacer, ¿Y ahora? Hablé de mi infancia, desastrosa por cierto, hablè de mis conquistas amorosas, todas ellas fracasos, hable de mi familia, no sé si sirvió para algo, hablé de mi trabajo, ese que tuve renunciar, de mi suegra, incluso de mi perro, de mi barrio, de mi primo el yonki, de mis amigos de la mili, de mi amante, si, de mi amante, sobre todo de ella, de esa puñetera amante que siempre me quedan cosas por contar, siempre me vienen recuerdos tanto buenos como malos de ella.

Esa irrespetuosa que entró en mi vida y me enamoró hasta la locura, esa con la que tanto tiempo pasé. Incluso, la llevaba conmigo cuando nos íbamos de vacaciones, me escapaba cuando tenía oportunidad de verla, con un ratito me conformaba, pero tenía que verla, así de fuerte era el amor entre nosotros. Nos veíamos a escondidas, sin que nadie nos viera, como dos adolescentes que temen ser descubiertos y se les prohíba su relación, con ese miedo a ser descubiertos. Ahora pienso si hablé de ella lo suficiente, todavía tengo recuerdos de ella muy a flor de piel. Todavía la añoro, la siento parte de mi, a pesar del daño que me hizo, todavía hay algo de ella que me hace perder la cabeza. Quizá no hable suficiente de mi amante, de ese amor que entró en vida y lo hizo para quedarse. Quizá no me despedí de ella de la manera adecuada, quizá no cerré mi corazón lo suficiente y sea por eso por lo que me viene a la memoria. Tendré que hablar más de ella, de mi amante perfecta, la que sabía perfectamente lo que necesitaba y me lo daba sin impedimentos, la que no me abandonó nunca a pesar de los reproches que la hice en muchas ocasiones, a pesar de culparla de mis desdichas cuando en realidad el culpable era yo, ese amor odio que me llevó a la locura. Tendré que seguir hablando de ella, y tendré que hacerlo durante toda mi vida. 

amc